Asegurarse una buena jubilación es una de las preocupaciones que impide a muchos españoles conciliar el sueño. La mayoría opta por los planes de pensiones aunque en los últimos tiempos son cada vez más comunes otras alternativas como los seguros o las hipotecas inversas. Menos frecuente pero mucho más rentable es invertir en eficiencia energética.
Rehabilitar una vivienda o un edificio para reducir el consumo de energía puede parecer un gasto, pero a largo plazo es una de las mejores inversiones que se pueden realizar. Diferentes estudios han demostrado que si el dinero que se emplea en la reforma se mete en un plan de pensiones, los beneficios son siete veces menos y además a largo plazo, mientras que el ahorro energético es inmediato y se nota en la factura de cada mes.
España cuenta con un parque inmobiliario envejecido, en el que más de la mitad de los edificios fueron construidos hace cuarenta años. Estas construcciones representan el 40% del total de energía que se consume en el país y son uno de los principales emisores del dióxido de carbono (CO2) causante del efecto invernadero. Reducir la huella de carbono de las construcciones es una de las principales metas de la Unión Europea y España ya va tarde en la denominada Transición Verde.
Una rehabilitación que mejore la eficiencia energética, aislando una fachada con paneles como los que fabrica Termopiedra, lleva a incrementar en varios grados la temperatura en el interior de los pisos, lo que no solo supone una contribución esencial al medio ambiente sino que representa un ahorro anual de cerca de 800 euros en calefacción. Además, las casas rehabilitadas incrementan su valor de mercado y la inversión no solo reporta beneficios individuales, sino que promueve la generación de empleo. De hecho, renovar el parque de viviendas es la tabla de salvación a la que se aferra el sector de la construcción a medio plazo.